Derecha Pinochetista va a liderar Consejo Constitucional

(Chile, 19 de mayo de 2023, npla) – Desde que en Octubre de 2019 Chile comienza un proceso político social para superar la herencia de la dictadura, en que todo parecía orientarse a progresivos cambios hacia superarla, los resultados de las ultimas dos elecciones, muestran contradicciones que son difíciles de comprender.

En esta última elección del domingo 7 de mayo, tal como sucedió el 4 de septiembre del Rechazo a la primera propuesta constituyente, la sensación de volver al pasado y de que se repite la historía, es la que sienten los sectores progresistas y de la izquierda, particularmente quienes hoy apoyan al gobierno del Presidente Boric.

Los perdedores son varios. Los ganadores, los adherentes al Partido Republicanos, que con un tercio de los votos emitidos (35,42%) lograron 22 de los 50 escaños para aprobar la redacción de la nueva constitución chilena.

Se agrega a estos votos, los de la centro derecha (Pacto Chile Seguro), alianza entre la Unión Demócrata Independiente (UDI); Renovación Nacional (RN); y, Evolución Política (EVOPOLI- Derecha liberal) con un 21,7 %. Se trata del sector que co-gobernó con Pinochet, los que junto a Republicanos obtienen la preciada cifra del 56,49 % de los escaños con un total de 5.504.231 votos.

El oficialismo, del pacto Unidad para Chile (Frente Amplio, Frente Regionalista Verde, Partido Comunista y Acción Humanista) alcanza un 28,57 % con una votación de 2.782.956, lo que está lejos del tercio histórico de la izquierda chilena. Cabe señalar que algunos sectores de la izquierda radical, llamaron a anular el voto, nulos que marcaron un porcentaje histórico con un 16,98 %, que junto a los votos en blanco suman 21,53%.

Como se conoce, desde el plebiscito “de Salida”, en Chile el voto es obligatorio. Recientemente, una reforma a la actual constitución, así lo consagró. Por lo que participaron de estas elecciones de consejeros constituyentes sobre el 80% del electorado respecto de un 85,7 % para el plebiscito del “Rechazo”. Un 20% de la población no acudió a las urnas, las que serán multadas, si no tienen razones establecidas por ley.

Los supuestos que se abren luego del triunfo de la derecha pinochetista

Si bien el péndulo sigue en su va y viene para la política en Chile, lo que queda finalmente dice relación con una derecha pinochetista que vuelve a tener una alza en sus adherentes.

En las pasadas elecciones presidenciales, el Partido Republicano liderado por José Antonio Kast pasó a la segunda vuelta, perdiendo luego de manera contundente cuando Gabriel Boric obtuvo un 55,6 %, con más de 8 millones de votos. En el presente, el partido de Kast, yendo en solitario, solo como partido, obtiene mas de un tercio de la votación.

Unidad para Chile, coalición oficialista, obtuvo el segundo lugar con un poco mas del 28 %. En términos de correlación de fuerzas, queda relegada a un tercer lugar. Si se suman los votos de la derecha tradicional (con herencia pinochetista) y el Partido Republicano de Kast (Pinochetistas defensores de “su legado”), suman 5 millones y medio de votos (56,4%).

Para los sectores de centro derecha y ex demócrata cristianos, estos resultados ponen en una difícil situación al gobierno de Boric, han querido que las elecciones sean una suerte de plebiscito respecto de la valoración del gobierno del Boric. De todos modos cabe señalar que en la encuestas de opinión pública, lo pasa los 30 puntos de aprobación.

En síntesis, una mayoría (56%) adhiere al discurso conservador, lo que constituye una nueva paradoja, si se considera que Boric, ganó por amplio 55 %, representando a la izquierda chilena, hoy encarnada en parte importante por partidos jóvenes, liderados por jóvenes, como lo son aquellos que conforman el Frente Amplio.

Se sabe que luego del Rechazo a la propuesta anterior de Constitución (más del 60 % rechazó) las propuestas de reforma del programa de gobierno de la izquierda chilena en alianza con parte de la socialdemocracia, han quedado relegadas a buscar mejores tiempos. El Parlamento chileno, con mayoría de centro derecha, relega el oficialismo a buscar acuerdos con los sectores que hoy levantan las banderas por mantener la actual constitución o, como posibilidad cierta, hacerle solo algunos cambios cosméticos, y de este modo, cerrar la oportunidad por superar la farsa de 1980.

Es válido también preguntarse por todo el movimiento de independientes y movimientos sociales que de manera inédita obtiene más de 800 mil votos en las elecciones para elegir convencionales constituyente, en el proceso que cerró con el Plebiscito del Rechazo.

Recordemos a la “Lista del Pueblo”, independientes de izquierdas y miembros de movimientos sociales, permiten por primera vez en la historia política chilena que se vean representados importantes sectores que se habían excluido de la representación política de los partidos tradicionales y nuevos. Dónde quedaron, qué posición tuvieron en estas elecciones.

No olvidemos los votos nulos, habiendo un llamado explícito a anular en esta oportunidad, logra un 16 %. Más de 2 millones de voto de un total de 12.415.729 de votos emitidos. Hipotéticamente, se debería sumar a estos nulos a una parte de la izquierda que apoyó a Boric y que hoy se ve desencantada con el proceder y el discurso oficial y tal vez, parte de eso que constituyeron esa Lista del Pueblo. Lo cierto, es que en votaciones anteriores los nulos bordeaban hasta el 3.1%.

Tendencias

Para algunos analista desde la izquierda, lo que salga de este este segundo intento por tener una nueva constitución, será “un engendro”. Como se sabe, los consejeros constituyentes deben aprobar una propuesta que en el curso de este tiempo realiza un grupo de “expertos” elegidos según representación parlamentaria, es decir, que representan al porcentaje de miembros en el parlamento de cada uno de esos partidos políticos. En esa comisión de expertos, por ejemplo, el Partido Republicano tiene solo algunos representantes. Mientras que en el consejo constitucional tienen la mayoría, con 22 escaños, de 17 oficialistas (Unidad para Chile), y 11 de Chile Seguro (UDI, RN, Evópoli).

Por otra parte, los partidos Demócrata Cristianos (DC, de los expresidente Frei padre, Aylwin y Frei hijo), Partido Por la Democracia (PPD del expresidente Lagos), y Partido radical (gobernó entre 1938 y 1952 y luego en la Unidad Popular de Salvador Allende y Gobiernos de la Concertación), han quedado fuera de juego. Cabe señalar que este grupo de partidos no quisieron ir en el pacto oficialista, para diferenciarse del gobierno “refundacional” de Boric. Así también, parte importante de sus dirigentes, estuvieron por el Rechazo, para el plebiscito del 4 de septiembre de 2022.

Relevante el punto que informa que el Partido Republicano no apoyó a este nuevo pacto para escribir una nueva constitución, acuerdo fundado en 12 principios que vienen a poner ciertos límites al tenor de la carta fundamental. Entonces ¿rechazarán la propuesta? ¿Se abrirán al consensohttps://www.npla.de/thema/politik-gesellschaft/nach-dem-scheitern-der-neuen-verfassung-ist-die-rechte-erstarkt-leonel-yanez-interview/ del llamado “equilibrio” en comparación con la redacción de la constitución del Rechazo? Es decir, quienes se oposieron a una nueva constitución con el llamado al “Rechazo” y al acuerdo para el segundo intento, tienen la potestad, según reglamento, de rechazar esta nueva propuesta.

Pero el verdadero enigma está en la población general que acude a las urnas. Se sabe que solo el 3 % de la población (431.621: fuente, servicio electoral SERVEL) está afiliada o inscrita en alguno de los partidos políticos. Se suma a ese dato, que a nivel de valoración (positiva/negativa) en las encuestas de opinión pública los partidos logran un 4%, y el Parlamento un 10%. Es decir, son de las instituciones con peor valoración en Chile.

Por último, el péndulo que se observa entre una y otra elección: para los sociólogos, la desafección por la política tiene como consecuencia que ganan terreno aquellos que se visten de apolíticos y encausan su programa a aspectos parciales de la realidad, hoy específicamente en los fenómenos de la delincuencia (cuyo actor principal sería el narcotráfico) y la migración, que los sectores de la derecha más radical lo unen al problema delincuencial.

Pero el largo recorrido de más de 30 años desde el término de la dictadura, puede indicar otros fenómenos: la despolitización creciente, entendida como restarse de la vida democrática, ha permitido la acción política sobre representada por las elites políticas, y queda como exclusivo suceso de la vida cívica democrática, las elecciones. Si las elecciones fueran con voto voluntario, seguramente los resultados pudieran ser otros.

Pero como los procesos eleccionarios son de corte obligatorio, es posible que el acumulado de la derecha pinochetista se vea acrecentada en un tiempo más, y se repita en Chile, aquello de que la historia se vive dos veces: una como tragedia y otra como farsa. Aunque esta farsa resulte ser un drama que nos desborde a todos.

 

Aquí puedes leeer una traducción al alemán

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