Con dios, patria, libertad económica y violentos ajustes sociales – la derecha internacional se reune en la Argentina de Milei

Lara Trump, la nuera y jefa de campaña del presidente estadounidense Donald Trump, entra a la sala del congreso derechista CPAC en Buenos Aires. Foto: Ute Löhning

(Buenos Aires, 12. Dezember 2024, interferencia).- El 5 de diciembre de 2024, el presidente Argentino Javier Milei se reunió con partidarios de Donald Trump y otros representantes de la derecha internacional en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Buenos Aires. Celebraron los radicales recortes sociales y los autoritarios decretos de seguridad del Gobierno argentino, invocaron la guerra cultural desde la derecha y reforzaron sus alianzas internacionales, incluso contra la ONU.

La cita se dio casi un año después de la asunción del presidente argentino de derecha libertaria, y poco antes de que Argentina asuma la presidencia de la alianza económica Mercosur, entidad que junto a la Comisión Europea están por ratificar un tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y Argentina.

Alrededor de mil personas acuden al Hotel Hilton, en el elegante barrio de Puerto Madero de la capital argentina. En el podio primero tocan el himno nacional argentino y luego el estadounidense. Con «¡Viva Argentina! ¡Viva Estados Unidos! ¡Viva Israel! Viva América Latina!», la presentadora Mercedes Schlapp da la bienvenida al público. Cuando su marido Matt Schlapp, el presidente de la conferencia conservadora, pregunta a los y las asistentes «¿Para quién es la primera vez estar en CPAC?», la mayoría levanta las manos. No es de extrañar, ya que hay muchos argentinos muy jóvenes y -en menor cantidad- mujeres argentinas entre el público. Los hombres están bastante uniformados con trajes y corte de pelo similar, las mujeres en su mayoría vestidas bastante elegantes. Son seguidores y seguidoras firmes en la línea de la derecha libertaria de Milei, pero aún están muy nuevos en la política, recién empezando a relacionarse internacionalmente, justamente en esta conferencia, la primera CPAC que se realiza en Argentina.

La CPAC fue fundada en 1973 por grupos como la American Conservative Union y los Young Americans for Freedom en EEUU como un lugar de encuentro e intercambio de ideas entre conservadores de ideas afines. Desde 1974, la conferencia política se ha reunido una vez al año en Estados Unidos, siendo el expresidente estadounidense Ronald Reagan uno de los oradores más frecuentes. Desde 2017, las reuniones también se celebran fuera de EEUU, en Australia, Japón y Hungría, últimamente varias veces al año. En 2024, el CPAC ya se ha reunido cinco veces: en Washington en febrero, en Hungría en abril, en Brasil en julio, en México en agosto – y en diciembre por primera vez en Argentina.

«Somos la vanguardia»

«El valor del CPAC es conservar nuestras ideas, nuestro espíritu, nuestra orientación y nuestras visiones», afirmó el Presidente argentino Javier Milei durante su discurso de una hora ante una sala llena. Él, que se autodefine como un anarcocapitalista y un «topo» que quiere destruir el Estado desde dentro y desmantelar la «casta política» con una motosierra, y el ex y futuro presidente estadounidense Donald Trump, con su retórica antisistema, se ven como aliados en el camino hacia una nueva era, como aliados en una lucha cultural desde la derecha y en la lucha por desmantelar las estructuras del Estado. «Somos la vanguardia», dice Milei, hablando de un momento histórico e invocando una “Internacional de Derechas” de apoyo mutuo.

El político mexicano de extrema derecha Eduardo Verástegui, el diputado chileno del Partido Republicano Fernando Sanchez Ossa, y otros y otras representantes de Perú, Bolivia y Venezuela han sido invitados como ponentes, así como Santiago Abascal, del partido español VOX, y representantes húngaros. Sin embargo, los miembros del actual gobierno argentino son los más representados; jóvenes, dinámicos, políticamente fuertemente en un rumbo económico libertario de derechas. El brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro, compara Brasil con Venezuela, describiéndo su país abiertamente como «cada vez más parecida a una dictadura», y prácticamente lanza su propia campaña pidiendo que Argentina conceda asilo a los brasileños investigados en Brasil por los procedimientos para asaltar el palacio de gobierno en enero de 2023.

El propio Donald Trump no viajó a Argentina para la CPAC, pero su nuera y jefa de campaña, Lara Trump, copresidenta del Comité Nacional Republicano, ocupa un lugar destacado como primera oradora. «Estamos en un punto de inflexión», afirma. Argentina y EEUU están dispuestos a «estar juntos en su lucha por la libertad y hacer políticas comunes en las próximas décadas», y si «Argentina crece, EEUU también crecerá». Cita a Donald Trump, que ve el comienzo de una «edad de oro» para EEUU y añade que «desde las Rockies [Rocky Mountains] hasta los Andes, haremos que nuestras naciones vuelvan a ser grandes». Hay dos grandes objetivos en este camino: por un lado, la reestructuración económica, el fortalecimiento del libre mercado y la reducción del Estado y, por otro, la batalla cultural por Dios, la patria y la libertad económica – y contra las ideas democráticas, feministas, inclusivas y las demandas de justicia social.

El programa: definanciamiento y ajustes severos

Hace tiempo que Argentina eliminó los ministerios de Desarrollo Social, de la Educación, de la Mujer y del Medio Ambiente y dejó de financiar programas sociales. En la CPAC, el Ministro de Economía argentino, Luis Caputo, habla de éxitos macroeconómicos, del superavit y equilibrio presupuestario nacional, de la menor inflación en comparación con años anteriores – y recibe un aplauso atronador. No menciona el estancamiento de la economía, las enormes pérdidas de salarios reales y el creciente empobrecimiento de la población.

En EEUU, la reorganización de las estructuras estatales según las directrices del Project 2025 diseñado para Trump por la Fundación Heritage está aún por implementarse. En el discurso de Lara Trump en la CPAC, Elon Musk, que compró Twitter y, según ella, lo convirtió en una «plataforma para la libertad de expresión» y que ahora será asesor de la administración Trump en materia de eficiencia gubernamental, es la orientación para hacer las cosas. A pesar de su ausencia física en la conferencia, Musk parece estar omnipresente.

«No somos radicales, somos patriotas, y estamos salvando nuestras naciones», dice Lara Trump. ¿De qué? Del comunismo, del socialismo, del globalismo, del wokismo, del feminismo – es decir, de la política progresista de izquierdas, democrática y orientada a los derechos humanos. El público aplaude fuertemente y el aplauso parece ser especialmente ferviente cuando se habla de la prohibición del aborto, de las restricciones a los derechos del personas LGBTIQ y a la educación sexual en las escuelas.

Mientras tanto, en el vestíbulo del Hilton, la plataforma derechista CitizenGo, financiada entre otros por el oligarca ruso Malofeyev, distribuye folletos contra el derecho al aborto. El único stand de libros de la conferencia está organizado por la Fundación Faro, próxima a Milei y su partido La Libertad Avanza. Allí se venden libros de la editorial Hojas del Sur, así como uno del filósofo de extrema derecha y estrictamente católico Pablo Muñoz Iturrieta, que se manifestó en la “Marcha por la Vida” de Berlín en septiembre de 2024, hacía campaña contra el derecho al aborto y por Trump y la AfD. En la misma mesa de libros de la Fundación Faro también se puede comprar un libro de Alberto Benegas Lynch, modelo intelectual de Milei: titulado “Los liberales somos progresistas”, y publicado por la Fundación Friedrich Naumann, afiliada al Partido Liberal de Alemania, FDP, junto con el think tank argentino de extrema derecha libertaria Federalismo y Libertad.

El director ejecutivo de la Fundación Faro, Agustín Laje, el secretario de Culto y Civilización de Argentina, Nahuel Sotelo y el propio Javier Milei hacen campaña internacional contra la Agenda 2030 de la ONU, la cual se enfoca en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la destrucción ambiental, el Pacto de Futuro de la ONU y otros acuerdos internacionales, así como contra la ONU como tal y otras instituciones internacionales. Ellos dicen que detrás de algunos de los objetivos de desarrollo sostenible se esconden medidas encubiertas en la lucha cultural desde el lado de la izquierda feminista y, por tanto, deben ser rechazadas. Este argumento fue proclamado en varias ocasiones: en la CPAC del 4 de diciembre de 2024, en la reunión de la Red Política de los Valores del 2 de diciembre de 2024 en Madrid y en otras ocasiones.

En este sentido, Argentina fue el único país que votó en contra de una declaración sobre la igualdad de género en la cumbre de la ONU y del G20 de noviembre. Durante la visita de la primera ministra italiana Giorgia Meloni a Argentina a principios de noviembre, ella y Javier Milei ya habían declarado que querían construir una liga de naciones conservadoras contra la tiranía y la miseria, como una especie de contrapeso o estructura paralela a la Agenda 2030 y la ONU.

Este articulo ha sido publicado primero por interferencia.cl (espanol) y nd-aktuell.de (alemán).

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