(Francia, 1941 – )
Lo que atrajo a la joven científica Michèle Mattelart a Chile no fue la literatura del país, que ella conocía bien por sus estudios de literatura en la Sorbona de París. Tampoco fueron las canciones, pinturas y arpilleras de Violeta Parra que a principios de los años sesenta se habían hecho conocidas por el público francés. No, la verdadera razón fueron dos hombres. El primero se llamaba Albert Schweitzer. Fascinada „como muchas jóvenes de entonces“ por los escritos autobiográficos del „médico de la selva“, Michèle quiso conocer de cerca el „Tercer Mundo“ e intentar cambiarlo. El segundo hombre fue su compañero, Armand Mattelart, quien aceptó un trabajo de investigación en Chile poco después de casarse.
Al llegar a Santiago, „empezamos a vivir juntos“. Allí, la joven pareja tuvo dos hijos. Sin demasiado entusiasmo, Mattelart comenzó a enseñar francés en la escuela secundaria “Alianza Francesa”, y más tarde organizó seminarios sobre literatura francesa en la Universidad Católica. En este „país desigual“ que su compañero cartografiaba, ella se interesa cada vez más por la situación de las mujeres, quienes „se veían más afectadas por la pobreza estructural que los hombres“. Mattelart documenta sus vidas en diversos lugares: como trabajadoras agrícolas, jornaleras y mujeres pescadoras. Esta mirada de género que aparece en su estudio de 1968 “La mujer chilena en una nueva sociedad”, apunta a un territorio teórico absolutamente novedoso en ese momento.
Durante la época de la Unidad Popular, Mattelart jugó un papel activo en el desarrollo de alternativas mediáticas, tanto para la radiodifusión televisiva, como en la editorial estatal Quimantú. Allí la encontramos trabajando en la edición de clásicos de la literatura universal asequible para un público amplio. Junto con „un apasionante grupo de científicos y periodistas“, también concibió la revista juvenil ONDA, que cuestionaba los valores tradicionales y quería difundir „visiones sociales emancipadoras“.
Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Mattelart regresó a París, donde prosiguió sus investigaciones académicas en varias universidades y, además, trabajo para la UNESCO. En solitario y en colaboración con Armand Mattelart, ha publicado numerosos libros. Merecen una mención especial: La mujer chilena en una nueva sociedad, un estudio exploratorio acerca de la situación e imagen de la mujer en Chile; Women, Media, Crisis; Pensar sobre los Medios; El Carnaval de las Imágenes e Historia de las Teorías de Comunicación.