Emblemática canción del migrante, del desterrado. Se dio a conocer tras ganar la agrupación italiana el concurso de la canción en San Remo en 1971. Poco después resonó a nivel internacional por la versión que hizo en español José Feliciano. La supuesta nostalgia que resuma la melodía así como la letra que nos habla de un pasado y una infancia vivida en un lugar al que se desea regresar por su felicidad y plenitud vivida, no logra evitar la desazón y el descontento atribuido a la distancia. La canción es recuperada pues, para el exiliado, por sus momentos de incertidumbre donde el futuro inseguro se diluye ante la persistencia de un pasado que se niega a desaparecer: no es nostalgia sino supervivencia, esperanza de frente a lo incierto.