I. Chile y la Unidad Popular: Como una montaña de arena suspendida en el aire.
Se trata de recrear el ambiente sonoro de un país, de una época. Capturar una raíz de eco que persiste apenas en las voces apagadas de los viejos. capturar sobretodo su memoria de lucha, una historia que necea en su decir, en su rememorar, en su resituar las cosas como fueron, como son. ¿Y todo esto en una canción que dura menos de seis minutos? ¿como abordar un momento clave en la historia de Chile a partir de algo tan poco asible como lo es la música?
la propuesta me parecía interesante, lo suficiente como para aceptar de inmediato y ponerme a pensar en seguida acerca de su posibles personajes. El Chile de la Unidad Popular es la infancia de muchos de nosotros, de los amigos exiliados, fue la niñez suspendida de un hilo, una canción, un pasquín. había que indagar en los años previos, la década de los sesenta. tenia que abrir también, un espacio hacia el futuro, lo que siguió oyéndose después del golpe, lo que se cantaba a escondidas y lo que algunos bailaban despreocupados por la oscuridad creciente.
e considero abrir tres vertientes geográficas. Algunas claramente interrelacionadas, otras no tanto: primero, el pop alrededor del mundo, aprovechar el devenir insurreccional de los pueblos así como la hegemonía gabacha. segundo, la música latinoamericana que se mantenía embravecida por momentos y que en otros deambulaba cursi por el continente. Pero sobre todo la música Chilena, que despertaba feliz y optimista en medio de la convulsión, que manifestaba claramente su solidaridad sin tiempo para la duda, se hacían proyectos para un futuro que se vislumbraba ya aquí, a la vuelta de la esquina.
una serie de listas pues, una propuesta de síntesis y no un resumen, una mera aproximación musical a una historia que seguramente otros podrían contar mejor, seria deseable abrir un espacio para que surgieran nuevas propuestas, contra propuestas, anti propuestas incluso.
II. 2019, la canción lucha al día de hoy…
una año después se me solicitó hiciera un seguimiento de la música que se produjo durante los primeros días del levantamiento chileno contra lo que en un primer momento parecía ser otro aumento mas al transporte pero que, desencadeno un movimiento de carácter insurreccional, claro resultado de los treinta años de vida democrática tal y como fue heredada del régimen de Pinochet.
acepté entusiasmado no sólo por mi natural regusto por la agitación y la música en general, sino porque el encargo implicaba una nueva visita a una de las culturas musicales mas viva, sofisticada y productiva de todo Latinoamérica. ¿ como iban a reaccionar los músicos ante el levantamiento popular en ciernes? 1973 bien podría aparecer como el norte, como nuestro horizonte insuperable, y así muchos artistas retornaron sus orejas a ese tiempo, a los músicos muertos para aprender y enseñar lo que los gobiernos habían olvidado. lo que sigue es solo un breve y modesto recuento de los primeros días, toma en cuenta que el tiempo de la revuelta impone una experiencia que es imposible de sintetizar con una imagen, una canción o menos aun un himno. lo que queda es verificar mas bien la insurgencia de una cantidad infinita de gritos y llantos cantados desde un espacio sin centro definido, es decir desde el campo de batalla mismo.
Inti Meza Villarino
05 mayo 2020
Sobre el autor
Inti Meza Villarino
Le gusta la música, todo tipo de música, ni siquiera intenten que sea mas especifico, no podría. Escribe por que no sabe hacer otra cosa, en realidad lo que mas disfruta es leer, fuera de eso, nada que valga la pena mencionar.