A las 4 de la madruga del 11 de septiembre varias patrullas militares asaltan y allanan la sede del diario Clarín. Víctor Pey, su director, escapa y busca refugio. A las 6 de la mañana Pey logra hablar con su amigo Allende: el golpe está en marcha. En él participan el Ejército, la Marina, la Aviación y Carabineros.
Allende se dirige a la Moneda acompañado de su guardia personal, los miembros del GAP (Grupo de amigos del presidente), lleva consigo el AK-47 que le regaló Fidel Castro. A las 9.10, desde las dependencias de Radio Magallanes el presidente Allende se dirige al país por última vez:
“…sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile!, ¡Viva el pueblo!, ¡Vivan los trabajadores! “, así terminaba la aventura chilena de una socialismo democrático…
Mientras tanto en el mundo…
Conmoción mundial por el golpe militar y la muerte de Salvador Allende